Entradas

Sin Fonía

Imagen
Un papelito con mi nombre se deslizó al interior del sobre manila. Le habíamos pedido a la homenajeada –la Sra. Molina, en su último día– que sacara uno. Salió el mío. Dos mujeres, frente a mí, me dedicaron una mirada fulminante. Una no se aguantó y vomitó su sarcasmo, que salpicó a los presentes con su veneno: – ¡Así que va Maru, en nuestra representación! – exclamó y agregó casi como un quejido– ¡Con esa facilidad de palabra suya…! El Gerente General había recibido una invitación para participar de la celebración de los cien años de una empresa de punta. El lugar era la mejor sala de conciertos de la ciudad. El plato fuerte: un concierto de una de las bandas de rock más grosas, acompañada por una sinfónica. Pero no podía ir, o pensó que no le iba a gustar. Pocos días después, el mismo día del concierto, recibí la invitación electrónica. El evento era una gala, y tenía que ir vestido acorde. Mi traje lo tenía mi hijo, prestado para un casamiento, así que, con poco tiempo para solucion...

¿Y si ésta vez sí la cagamos?

Imagen
  La humanidad tiene una larga historia de crisis y revoluciones que parecían estar a punto de enviarnos directo al desastre. Sin embargo, aquí seguimos, más o menos enteros, aprendiendo, adaptándonos y, a veces, improvisando para salir adelante. Pero ahora que estamos frente a la revolución de la inteligencia artificial (IA), ¿qué pasa si esta vez no logramos zafar? Crisis que nos hicieron temblar Revolución agrícola: Hace unos 10,000 años, pasamos de ser cazadores-recolectores a plantar y cosechar. Suena genial, pero para muchos significó trabajo duro, enfermedades y una marcada desigualdad. Aparecieron las primeras estructuras políticas y sociales que sentaron las bases para el predominio de sistemas jerárquicos y de poder , que con el tiempo derivaron en sistemas económicos como el capitalismo. Revolución industrial: Siglos después, las máquinas y fábricas transformaron la economía y la sociedad. Surgió el capitalismo moderno , basado en la producción masiva, la propiedad pri...

Sin ataduras

Imagen
Hoy sí que necesito un café para empezar a trabajar. Así que dejo mis cosas en mi escritorio y voy a la cafetería. Tengo que cruzar toda la planta baja y pasar por recepción. En la recepción hay un grupo de cuatro o cinco jóvenes treintañeros, vestidos formalmente, pero no del todo: no llevan corbata y algunos usan zapatos que rayan en lo deportivo. Hablan en inglés. Julio, el portero, los mira algo sorprendido. Entonces le hago un chiste, pero me arrepiento antes de terminarlo: —Good morning, Julio! —Good morning, sir! —contesta Julio, y me alegra la mañana. Sigo por mi café, y al regresar Julio me llama. Apoyo el café en el mostrador de su puesto de atención. —¡Ahora tenemos cinco centrodelanteros! —exclama. No necesita decir más; ya sabemos que hablamos del Decano. —Sí, volvió el negro grandote —le digo, esperando que se queje por el colombiano, que está resentido de la pubalgia, o del chileno, que no funciona. Pero sale con una anécdota de su juventud —setenta tiene él. —E...

Las olas y el viento

Imagen
  Nunca había ido a Valizas en Carnaval, menos en marzo. Tampoco durante una ola de calor: una semana en los 30º largos. Para la playa, estas condiciones eran las óptimas; lástima que había poca gente. Dicen los lugareños que mermaron los visitantes desde la segunda quincena de enero. Siempre escuché que el tercer mes del año era el mejor para visitar el pequeño pueblo entre el agua y las dunas. Siempre pensé que esto lo decían los que no podían ir, por diversas causas, en el primer mes del año. Lo cierto es que ahora lo afirmo. Nunca estuvo tan espectacular el agua, sobre todo en el tema temperatura: no te corta la respiración al entrar. Además del mar acogedor, el Sol no te achicharra tanto, hay poca gente en la playa, nadie que se queje por la pelota, nadie con parlantes. Lo que nunca para es el viento. Viento que viene del mar, desde el este. Este es el único problema que marzo no resuelve. Una tarde que esperábamos, apretujados bajo la sombrilla, a que bajara un poco el astro ...

The Joker Express

Imagen
  Es domingo y ya la temperatura marca 20 grados. Mejor salir ahora. No son las ocho todavía. Me puse los cascos y empiezo mi caminata. Seguro será uno de los mejores días para los veraneantes. El cielo no tiene una gota de nubes y en las pocas cuadras, hasta la avenida Agraciada, ya sube un grado la temperatura. Entonces, en el medio del cruce, veo al muchacho. Su despojo  — solo llevaba unas bermudas y una media —  y su cabeza rapada me recuerdan al protagonista del Expreso de Medianoche . Sin embargo, su boca pintarrajeada de rouge,  me recuerda al Joker . Está notablemente trastornado. Me mira a los ojos, y yo, detrás de los lentes de sol, a él. Pero mi cabeza sigue orientada hacia el este, hacia la rambla en la bahía, que es mi circuito de los domingos. ¿ Es una mirada que pedía ayuda?  ¿ Es amenazante? Me decido por esto último y sigo mi camino. Ya algunos camiones salen a la ruta. Cada calle, que desemboca en la bahía, abre una brecha a una postal. De ent...

Chingunbel, caminata navideña

Imagen
 

Elegir Creer

Imagen
  H ace un tiempo que vengo observando  (escuchando, leyendo)   que la conjunción de del verbo  « elegir »  y el verbo  « creer »  aparece con mucha frecuencia. Es para mí inexplicable ese uso ya que en esencia representan dos acciones o actitudes de sentido opuesto.   No es la oposición de significados lo que me causa perplejidad, ya que este tipo de combinación es una figura literaria denominada oxímoron que crea un nuevo concepto que enriquece el lenguaje. Ejemplos de uso común serían  « calma tensa » ,  « elocuente silencio »  o, siendo algo cínico:  « feliz cumpleaños » . Lo que me parece inexplicable es que se utilice con una connotación positiva, cuando de esta mezcla solo puede salir algo nefasto. Me paso a explicar. Está en mi carácter creer en las personas. De esta característica intrínseca de mi personalidad muchos dirán que no es buena, que estoy expuesto a las puñaladas traperas o a los desencantos. Y es verda...

No hay tres sin cuatro

Imagen
  Las tres amigas argumentaban acerca de cuál era la menos loca de las cuatro. Andrea no participaba de la discusión ya que las había dejado en la puerta de Salidas del aeropuerto de San Pablo y había seguido de largo sin esperar el check-in de las viajeras.  Al fin y al cabo era la segunda vez que las llevaba. El vuelo original de retorno a Montevideo se había cancelado días antes debido a las cenizas de la erupción del volcán en Chile. Si bien se había alegrado con la postergación que les permitía unos días más de disfrute de sus amigas, repetir el traslado hasta el aeropuerto era algo penoso y ya se quería volver para su casa.  La actitud tan racional y lógica de la anfitriona había llevado a que la consideraran ganadora del ranking de no-locura. Pero luego se acordaron de su segundo casamiento y perdió el podio. Antes de Brasil Andrea y Alberto habían vivido en Nicaragua. Ambos divorciados habían decidido casarse en segundas nupcias. Arreglaron la fiesta de casamient...

La virgulilla

Imagen
– ¡Qué buena milanesa en dos panes me comí anoche! ¡Y era enorme! –exclamé al entrar en la cocina, al ver a Roberto desayunando solo un café con leche. Nosotros compartíamos un apartamento que nos prestaba la tía de Roberto, para que pudiéramos estudiar en Montevideo. Durante dos años fue así, hasta que un día ella me mandó a decir que tenía que buscar otro lugar, usando excusas amables pero falsas. Yo sabía la verdadera razón: un par de semanas antes, cuando vino a visitarnos de sorpresa, me demoré unos cinco minutos en abrirle la puerta, y luego le presenté a mi novia. – ¿Dónde? –preguntó Roberto, claramente más interesado en la cantidad que en la calidad. En esa época, nuestro escueto presupuesto nos llevaba a que así sean nuestras prioridades. Le conté y se empezó a reír. – ¡Bruto, no se dice así! –dijo con sorna. – ¿Y cómo se dice, si tiene una eñe? ¡El ignorante sos vos! –respondí, un poco indignado. Y así comenzó una discusión que, aunque aparentemente trivial, en ese momento se...

El barómetro

Imagen
  – ¿Papá, los padres saben más que los hijos? – Claro hijo. – ¿Papá, quién inventó el barómetro? – Torricelli. – Entonces, ¿por qué no lo inventó el padre de Torricelli? … – Lo inventó el padre de Torricelli.   o sino...  

Abusos Textuales

Imagen
  Extraído del Prólogo: En este libro, su primer trabajo, nos presentan una selección de sus cuentos más logrados. En muchos temas tienen miradas en común, en otros su visión se contrasta. Por momentos sus cuentos, reunidos aquí en secciones que nos dan pistas sobre los temas que tratan o los espacios que abordan, van por senderos que solo difieren en matices. En otros casos, el enfoque permite un amplio criterio de análisis, comprensión y crítica. Estimado lector, manéjese con cuidado, y no diga que no se lo advertí. El que avisa no traiciona. Puede decirse que entre ambos reúnen el trabajo de un buen boxeador, que con una mano tantea al contrincante y se prepara, y con la otra le da el  uppercut  definitivo que lleva al  knockout . Es que sus maneras de contar son bien diferentes. En uno de ellos se percibe una melancolía tanguera, rockera. La necesidad de plasmar una pintura social pincelada de emociones. Con una mirada entre tierna y nostálgica, tanto para los he...