Hallux, el asesino

 



Hacía bastante que no escuchaba a Maceo Parker. La canción Elephant's Foot tiene un ritmo bailable y una letra graciosa, donde un domador quiere hacer bailar a un elefante y éste le termina pisando un pie. No es mi cometido analizar los posibles mensajes subyacentes y metafóricos de esta situación. Pero como se está por estrenar la biopic sobre Bob Marley, se me dio por recordar infortunios que  involucran a un pie.

En 1978, previo a un concierto en Europa, Bob Marley organizó un partido de fútbol que enfrentó a miembros de su plantilla a un equipo de periodistas locales. Recibió un pisotón de parte de un crítico que lo tuvo a mal traer. Finalmente se hizo atender y en la clínica a la que acudió le aconsejaron extirpar el hallux ya que le descubrieron un melanoma debajo de la uña. Los rastafaris no pueden quitarse ninguna parte de su cuerpo, así que el cantante se negó a dicha intervención. Tres años de sufrimientos después la enfermedad que intentó tratar cuando ya estaba desahuciado ganó la partida.

 

Desde pequeño, Jasper Newton Daniel, había observado el trabajo del esclavo Nathan "Nearest" Green. El afroamericano no tuvo inconveniente en enseñarle al joven al que llamaban "Jack" todos los secretos de la destilación. Es así que cuando Jasper decidió iniciar su propio negocio y, habiéndose convertido Nearis en hombre libre después de la Guerra de Secesión, le ofreció el puesto de jefe destilador: así nació el famoso Jack Daniel's. Se cree que la fecha de nacimiento registrada de Daniel es incorrecta, ya que tendría solo 16 años al momento de este logro. Todo lo que tenía de emprendedor y generoso, no lo tenía de paciente, al menos cuando se hizo mayor. Parece que además era muy olvidadizo, así es que la enésima vez que se olvidó de la combinación de su caja fuerte, no tuvo mejor idea que propinarle una contundente patada. El objeto de hierro no se inmutó, pero Jack se lastimó feo: desarrollo una infección que terminó en sepsis y falleció.


La Barba Asesina, a mi entender, tiene mal puesto el mote. Perteneció a Hans Steininger, quién supo ser alcalde de un pueblo austríaco. El orgulloso Hans acostumbraba enrollarla y colocarla en un bolsillo, ya que su largo de metro y medio la hacía algo enganchadiza. El imponente mechón se puede ver  en el Museo de Herzogsburg, ya que está allí desde que su dueño dejó de ostentarla. Y es que no tuvo más remedio, ya que en un incendio que se desató, el entonces alcalde huyó despavorido, sin la precaución del usual enrollado.  Esto fue un descuido fatal, ya que se pisó la barba, cayó violentamente y se desnucó. Aunque no se si la historia es verdadera o es un cuento para desviar la atención del hecho que en ese mismo pueblo nació un tal Adolf.











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