Madera Noruega

 

El protagonista de Tokio Blues llega a Hamburgo y en el aeropuerto suena Norwegian Wood. La canción desata un desasosiego en el protagonista ya que le recuerda momentos azarosos de su vida. Recién se recompone cuando la música cambia a Billy Joel. Dado que la novela transcurre al final de los 70’ supongo que la canción sanadora pudo haber sido Piano Man, Just the Way You Are u Honesty. Pero me la juego por My Life que habla de un joven que decide dejar todo atrás y empezar una nueva de vida, y que además tiene unos segundos en que suena como The Beatles.

Frank Tagliano es un mafioso en New York. Como parte del programa de protección de testigos, al que accede al incriminar a su jefe que intenta asesinarlo, decide empezar una nueva vida en Lilyhammer, un pueblito que lo dejó deslumbrado cuando albergó los Juegos Olímpicos de invierno de 1994. El músico, actor, productor, Steven Van Zandt antes había sido el guitarrista de The Boss y  matón del boss Tony Soprano; ahora,  es el boss de un local nocturno que se convierte en el cuartel de la incipiente y chapucera mafia noruega.

Norwegian Wood (This Bird Has Flown) es una canción bisagra, por su música y temática, acreditada a Lennon-McCartney; sin embargo Paul solo hizo algunos arreglos y toco el bajo.  George tocó el sitar y Ringo los crótalos. La canción se inspiró en la supuesta relación, clandestina, entre John casado con Cynthia, y Sonny Drane que por su parte era la esposa de Robert Freeman, fotógrafo de la banda. Recientemente supe que la madera noruega es un pino barato, igual no daba para la venganza del desairado, que relata la canción. 

Cuando era chico, Ariel era el vecino de enfrente. Lo veía esporádicamente ya que estaba casi siempre embarcado. Un día recaló y armó una hermosa familia en Oslo. En una de sus visitas me regaló una camiseta que usaban para trabajar, que era muy llamativa, un color naranja flúo, por entonces ese no era un color popular. Lo utilicé para practicar basketball. Cuando me preguntaron por tan peculiar prenda, no fui muy feliz al comentar que me la había ‘regalado un marinero noruego’