Las olas y el viento
Nunca había ido a Valizas en Carnaval, menos en marzo. Tampoco durante una ola de calor: una semana en los 30º largos. Para la playa, estas condiciones eran las óptimas; lástima que había poca gente. Dicen los lugareños que mermaron los visitantes desde la segunda quincena de enero. Siempre escuché que el tercer mes del año era el mejor para visitar el pequeño pueblo entre el agua y las dunas. Siempre pensé que esto lo decían los que no podían ir, por diversas causas, en el primer mes del año. Lo cierto es que ahora lo afirmo. Nunca estuvo tan espectacular el agua, sobre todo en el tema temperatura: no te corta la respiración al entrar. Además del mar acogedor, el Sol no te achicharra tanto, hay poca gente en la playa, nadie que se queje por la pelota, nadie con parlantes. Lo que nunca para es el viento. Viento que viene del mar, desde el este. Este es el único problema que marzo no resuelve. Una tarde que esperábamos, apretujados bajo la sombrilla, a que bajara un poco el astro ...